por Cinthya Carvajal y Jorge Soto, El Mercurio

Al magistrado Eduardo Gallardo le preocupa que las autoridades justifiquen “un acto de barbarie”, y a Antonio Frey, que la gente entienda que puede pasar a ser victimario.

El caso de Raúl Aravena y su hijo Gustavo, quienes se encuentran en prisión preventiva desde hace una semana tras ser formalizados por el homicidio de Juan Toro Jorquera, presunto autor de un “portonazo” a quien golpearon con resultado de muerte, sigue generando debate.

La jueza de San Bernardo, Magdalena Casanova, consideró que en la situación de padre e hijo no se configuró la legítima defensa porque lo persiguieron y golpearon hasta causarle la muerte. “No hubo una acción de repeler un mal inminente (…) hay una distancia razonable donde se produce el hecho hasta donde es detenido y hallado el cuerpo del occiso”, concluyó.

El vocero de la Asociación de Magistrados, Eduardo Gallardo, y el subsecretario de Prevención del Delito, Antonio Frey, concuerdan con la decisión de la magistrada.

El juez Gallardo sostiene que “la legítima defensa se configura en la medida que se den los presupuestos legales. Ahora, linchar a una persona que está detenida o reducida y darle muerte a golpes, excede la legítima defensa”.

Según explica, la decisión de la magistrada es “correcta y acertada” porque en la audiencia se estableció que era un delito de homicidio -que tiene penas altas y donde los imputados habitualmente quedan en prisión preventiva- “porque aplicó la ley e interpretó el artículo 140 del Código Procesal Penal como el propio legislador quiso”.

A su juicio, esto “constituye un acto de barbarie, y si esto lo toleramos o justificamos con el argumento que sea, estamos abriendo las puertas para convertirnos en una sociedad primitiva donde las personas creen que tienen la facultad para juzgar, condenar y ejecutar las penas. Esto es incompatible con una sociedad civilizada”.

El juez Gallardo sostiene que las autoridades y los líderes de opinión tienen que ser especialmente cuidadosos “en no legitimar o justificar esto bajo ningún punto pretexto. Deben ser los primeros responsables en tratar de condenar este tipo de comportamiento, que no tiene ninguna justificación”.

De víctima a victimario

Mientras el subsecretario de Prevención del Delito coincide con parte de la visión del vocero de la Asociación de Magistrados, su preocupación es que la gente entienda que se puede pasar de víctima a victimario.

“En nuestra legislación, y tiene que ver con la racionalidad que uno puede tener para repeler los delitos, lo que uno no puede hacer es linchar a las personas, o el delito de justicia propia, porque ahí pasa a otra acción, que es ser victimario”, afirmó Frey.

La autoridad explica que se quiere hacer entender a la gente que hay casos como el de este padre e hijo en que se puede llegar a ser condenado.

“Se puede tener una legítima defensa -que además evalúan los jueces- y espero que no nos pasemos a ser victimarios, porque nos arriesgamos a una condena”.