Recientemente la Corte Suprema revocó la sanción aplicada a miembros de un Tribunal Oral en lo Penal que, en el ejercicio de sus potestades jurisdiccionales, declararon abandonada una defensa. A partir de una queja disciplinaria y sin forma de juicio alguna, la Corte de Apelaciones –en decisión dividida– los sancionó. Uno de esos jueces recurrió de amparo gremial, el que fue acogido por el directorio de la Asociación de Magistrados, pero todos debieron pasar por una larga e injusta tramitación, antes de lograr la revocación de la sanción.

Lea la columna completa publicada en El Mostrador

tribunales_816x544